Este 2024, Yorkín fue testigo de una de las Minichampions más competitivas hasta la fecha. Jugadores de toda secundaria dieron su máximo esfuerzo para alcanzar la gloria, dejando resultados sorprendentes, como la aplastante goleada de Santa Ana sobre Aserrí en la gran final, o la inesperada clasificación de Barrio México a las semifinales.
Sin embargo, con la llegada de la siguiente edición del torneo este febrero, el panorama ha cambiado drásticamente en cada grado. Los campeones ya no contarán con Gabo Ortiz, uno de sus jugadores estrella y máximo goleador; noveno grado ha perdido figuras clave como Tomás Allen y Samuel Gamboa; y séptimo grado, antes incluso de disputar su primer torneo en secundaria, ya ha visto partir a jugadores que pudieron haber dado la sorpresa.
Con tantos cambios en los equipos, la incertidumbre es inevitable: ¿logrará el equipo estelar de 2024 revalidar su título a pesar de la ausencia de Ortiz? ¿O veremos a un equipo liderado por Ricardo Salazar o José Antonio Picado llevarse el trofeo para undécimo grado? Para responder a estas preguntas, analizamos el estado de cada nivel y sus fortalezas y debilidades de cara a esta nueva edición.
Séptimo grado: Un desafío cuesta arriba
Séptimo grado llega con la moral en alto tras consagrarse campeón en la categoría de segundo ciclo. En un equipo repleto de talento, Juan Pablo Barrantes brilló como líder, guiando a su equipo a una final disputada que ganaron en penales. No obstante, el panorama de este año es muy distinto: Barrantes ya no estará para apoyar al equipo y, a pesar de contar con talentos emergentes como Leal, este y muchas otras figuras clave han dejado el colegio.
Aun así, el equipo no ha bajado los brazos. Don José, encargado del departamento de educación física del colegio, nos comentó:
Aun con las pérdidas de jugadores clave, este año comenzaron muy bien con el trabajo en equipo. Los veo con muy buena comunicación, y estoy confiado que eso los ayudará en su rendimiento en Minichampions.
Séptimo se enfrenta a una Minichampions sumamente desafiante; si bien la clasificación de cuatro equipos a semifinales les da una oportunidad, sus bajas hacen que tengan que luchar contra corriente para sorprender a octavo o noveno grado. Dependen, sobre todo, del factor suerte en el sorteo de la fase de grupos del torneo, pero la confianza de Don José en la cohesión del equipo podría ser la clave para dar la sorpresa.
Octavo grado: Potencial con fragilidades
Octavo grado demostró un gran nivel el año pasado y, a diferencia de otros equipos, no parece haber perdido piezas clave. Con un ataque letal, llegaron a anotar siete goles al equipo de Tomás Allen, consolidándose como un rival de cuidado. Tanto el equipo de Rangel y Bermúdez como el de Salazar se perfilan como fuertes candidatos a semifinales.
Sin embargo, el desgaste físico ha sido su talón de Aquiles. Una vez agotados los titulares, el equipo pierde estructura y sufre goleadas aplastantes, como los nueve goles recibidos por parte del equipo de Tomás Pontigo o el 11-1 en la semifinal contra los campeones de 2024. Si octavo quiere superar las semifinales este año, necesitará fortalecer su defensa y gestionar mejor la resistencia de sus jugadores, de otra forma se verán nuevamente fuera de la final.
Noveno grado: Una nueva oportunidad
Noveno grado fue una de las grandes decepciones del torneo pasado. La llegada de Allen generó altas expectativas sobre un tridente ofensivo junto a Vieto y Hernández, pero la realidad fue distinta. No obstante, el problema principal no estuvo en su delantera, sino en su defensa, que sufrió constantes asedios de octavo y del que en ese entonces era el undécimo grado del colegio. El equipo terminó entre los más goleados del torneo, con derrotas estrepitosas de 8-0 ante el equipo de Tomás Pontigo y 7-3 contra los dirigidos por Nicolás Rangel.
A pesar de esto, noveno tiene la posibilidad de redimirse en esta edición, ya que aún cuenta con piezas como Andrés, Ignacio y Josemaría. Si logran explotar el talento de estos jugadores, junto a su nueva ventaja de edad ante los grados más pequeños tales cómo séptimo u octavo, perfectamente podrían asegurarse un lugar en las semifinales del torneo.
Décimo grado: La vida después de Ortiz
Décimo grado enfrenta una baja importante con la salida de su máximo referente, Gabo Ortiz. Sin embargo, esto no significa que el equipo esté debilitado al nivel de séptimo grado. Jugadores como Fallas, Castro, Calderón y Gómez seguirán marcando diferencia, mientras que figuras como Pallavicini y Martínez consolidan un plantel que sigue siendo temible.
Sin embargo, a pesar de la fortaleza del equipo, la partida de Ortiz va a tener sus consecuencias; visto en como el año pasado, décimo se midió en un reñido empate 2-2 contra la titular de undécimo, con ambos goles anotados por Gabo. Su ausencia, por tanto, deja dudas sobre si este año podrán superar a Salazar o Picado, pero sin duda siguen siendo uno de los principales contendientes al título.
Sobre este reto, Don José, nos comentó su opinión:
No dudo en las capacidades de ellos, pero sí tienen que reforzar muchas posiciones que cubría Gabo.
Aunque el equipo cuenta con talento de sobra, la clave estará en cómo logren adaptarse a la ausencia de su exfigura y redistribuir responsabilidades dentro del campo.
Undécimo grado: El equipo a vencer
A diferencia de los demás grados, undécimo no ha sufrido ninguna baja y se mantiene como un equipo extremadamente sólido. La incorporación de Juan Francisco Lara ha sido una mejora significativa, tal como lo demostró su desempeño en el empate ante décimo grado, donde anotó un gol clave en el encuentro.
El dúo ofensivo de Picado y Salazar es letal, y con el respaldo de Quesada, Hernández, Soto y Vieto, conforman un equipo que, salvo imprevistos, es uno de los principales favoritos para llevarse el título en 2025. Los equipos rivales deberán encontrar la manera de vulnerar una defensa sumamente compacta liderada por Mariano y Luis Fernando; la cual si cuenta con el apoyo de Ricardo, será una barrera extremadamente complicada de penetrar.
El año pasado, undécimo se mantuvo invicto hasta la semifinal del torneo, donde la ausencia de uno de sus jugadores clave fue el factor determinante en su eliminación. A menos que sus oponentes logren desarmar su poderosa ofensiva y encontrar grietas en su estructura, es difícil imaginar un escenario en el que no terminen en el podio.
El factor suerte
Por último, cabe analizar cómo la suerte es un elemento que ha demostrado ser tan decisivo como la estrategia o el talento en la Minichampions. Desde la cantidad de equipos registrados hasta empates determinados por una tanda de penales, el azar ha cambiado el destino de varios equipos a lo largo de los años.
El sorteo inicial es uno de los mayores factores de incertidumbre. Una mala asignación de grupos podría dejar fuera a un equipo con gran potencial si se enfrenta temprano a undécimo o décimo grado. El año pasado, equipos prometedores como Guadalupe, liderado por Luciano Fallas, quedaron eliminados en fase de grupos tras caer en el temido "grupo de la muerte".
En consecuencia, es imposible predecir con exactitud los resultados del torneo, ya que perfectamente podríamos ver la formación de un nuevo "grupo de la muerte", el cual deje a fuera a muchos equipos con alto potencial. A fin de cuentas, mucho recae en la suerte.
Conclusión
Este año trae consigo cambios significativos en casi todos los equipos, lo que podría alterar por completo el desenlace del torneo respecto a la edición pasada. Undécimo y décimo parten como favoritos, pero octavo podría volver a sorprender. Después de todo, la suerte jugará un papel determinante, y solo el tiempo dirá quiénes mantendrán su nivel y quiénes verán a su equipo caer por goleada este 2025.